El tubo digestivo
El tubo digestivo, como su nombre lo indica, es un largo tubo de aproximadamente 9 a 11 metros de longitud que se extiende desde la boca hasta el orificio anal. En su recorrido se pueden identificar los siguientes órganos: boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso.
Cada una de las capas que conforman la pared del tubo digestivo realiza distintas funciones. Desde la capa más externa hacia el lumen son las siguientes:
- Serosa. Formada por tejido conjuntivo. Tiene por función entregar protección mecánica al tubo digestivo.
- Muscular. Contiene fibras musculares lisas dispuestas circular y longitudinalmente, que permiten la motilidad del tubo digestivo y el desplazamiento de los alimentos por medio de movimientos rítmicos involuntarios llamados movimientos peristálticos.
- Submucosa. Formada por tejido conjuntivo laxo. Contiene la mayoría de los vasos sanguíneos importantes.
- Mucosa. Corresponde al revestimiento interno del tubo digestivo. Se subdivide a su vez en tres subcapas: una capa muscular delgada, una lámina propia que contiene vasos sanguíneos y linfáticos, y una capa de tejido epitelial en contacto con el lumen del tubo. la estructura de la capa epitelial le otorga al tubo digestivo capacidad secretora (en el estómago e intestino) y capacidad de absorber los nutrientes (en el intestino).
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